LUING
Raza Bovina Luing
Ing. Agr. Amílcar Corva. 1986. De Escocia al Sur Argentino, Anales de la S.R.A., 120(416):34-35.
Longevidad, resistencia y rendimiento caracterizan a esta raza escocesa. Cualidades que la hacen muy apta pa-ra su incorporación en nuestra zona patagónica, región de las llamadas marginales que promete desempeñar un importante papel en la futura producción bovina.
La raza Luing surgió de las cruzas realizadas desde 1947 por los hermanos Gadzow, expertos cabañeros preocupa-dos por lograr un tipo fuerte y rendidor para las crudas condiciones del noroeste de Escocia.
Los Gadzow realizaron el primer mestizaje con dos razas de amplia difusión en las islas británicas: la High-land, de gran robustez y probada resistencia en los climas fríos y difíciles terrenos de Gran Bretaña, y la Short-horn, de precoz desarrollo y rico manto cárnico.
lnicialmente apartaron los mejores ejemplares de cada raza. Más tarde hicieron una estricta selección de la primera descendencia de hembras en base a pautas como prolificidad, instinto materno, producción lechera y conformación correcta.
Entre las hembras eligieron los mejores vientres de un lote de vaquillonas media sangre. En cuanto a los to-ros, se incorporaron reproductores de la talla de Cruggleton Alastair, descendiente del padre criado por Marshall; Cruggleton Perfect, hito en la trayectoria del Shorthorn actual, y Denned Raguzza, ejemplar de excelentes condi-ciones de padre que al momento de su exposición promediaba una ganancia de peso de 1.500 gramos diarios.
Actualmente su explotación se hace en pureza, en cruza con otras razas británicas como la Hereford y la Aberdeen Angus, o bien con tipos europeos continentales, Fleckvieh, Limousine y British Friesian.
Además de su país de origen se ha difundido a Nueva Zelanda, Australia y Canadá. En todos estos países se han formado las respectivas Asociaciones de Criadores, organismos que controlan que cada ejemplar responda a las características incluidas en el Standard de la raza.
El patrón racial fija que los machos sean de buen tamaño, esqueleto sólido, patas fuertes y bien formadas. En cuanto a las hembras, deben ser de cuerpo largo para dar buenos terneros pero de talla compatible para posibilitar su mantenimiento en condiciones difíciles.
El color del pelaje es el de las cruzas que le dieron origen: colorado, blanco, rosillo, roano, roano colorado, roano amarillo y manchado. En el patrón racial se han incluido también datos de producción como prolificidad en las hembras y buena ganancia de peso en los terneros, condiciones que la Asociación respectiva registra antes de entregar animales para la venta o la inclusión en los propios planteles.
Vaca y ternero Luing
La introducción de esta raza en la Patagonia permitiría ampliar, mejorar y hacer más económica la explotación bovina de esta zona que, en los próximos años y mediante métodos inteligentes, podría abastecer de carnes no sólo al centro mismo de la región sino a la extensa franja montañosa que va de Neuquén a Tierra del Fuego.
La raza Luing suma a su capacidad para medrar y producir en lugares inhóspitos, sus probados hábitos grega-rios, cualidad sumamente aprovechable ya que favorece el trabajo de los toros durante las veranadas y facilita el agrupamiento de los animales para su descenso a los valles en otoño.
En cuanto a las cruzas, las Fleckvieh, Limousin, Hereford y Aberdeen Angus son las más apropiadas para nuestro país.
Ing. Agr. Amílcar Corva. 1986. De Escocia al Sur Argentino, Anales de la S.R.A., 120(416):34-35.
Longevidad, resistencia y rendimiento caracterizan a esta raza escocesa. Cualidades que la hacen muy apta pa-ra su incorporación en nuestra zona patagónica, región de las llamadas marginales que promete desempeñar un importante papel en la futura producción bovina.
La raza Luing surgió de las cruzas realizadas desde 1947 por los hermanos Gadzow, expertos cabañeros preocupa-dos por lograr un tipo fuerte y rendidor para las crudas condiciones del noroeste de Escocia.
Los Gadzow realizaron el primer mestizaje con dos razas de amplia difusión en las islas británicas: la High-land, de gran robustez y probada resistencia en los climas fríos y difíciles terrenos de Gran Bretaña, y la Short-horn, de precoz desarrollo y rico manto cárnico.
lnicialmente apartaron los mejores ejemplares de cada raza. Más tarde hicieron una estricta selección de la primera descendencia de hembras en base a pautas como prolificidad, instinto materno, producción lechera y conformación correcta.
Entre las hembras eligieron los mejores vientres de un lote de vaquillonas media sangre. En cuanto a los to-ros, se incorporaron reproductores de la talla de Cruggleton Alastair, descendiente del padre criado por Marshall; Cruggleton Perfect, hito en la trayectoria del Shorthorn actual, y Denned Raguzza, ejemplar de excelentes condi-ciones de padre que al momento de su exposición promediaba una ganancia de peso de 1.500 gramos diarios.
Actualmente su explotación se hace en pureza, en cruza con otras razas británicas como la Hereford y la Aberdeen Angus, o bien con tipos europeos continentales, Fleckvieh, Limousine y British Friesian.
Además de su país de origen se ha difundido a Nueva Zelanda, Australia y Canadá. En todos estos países se han formado las respectivas Asociaciones de Criadores, organismos que controlan que cada ejemplar responda a las características incluidas en el Standard de la raza.
El patrón racial fija que los machos sean de buen tamaño, esqueleto sólido, patas fuertes y bien formadas. En cuanto a las hembras, deben ser de cuerpo largo para dar buenos terneros pero de talla compatible para posibilitar su mantenimiento en condiciones difíciles.
El color del pelaje es el de las cruzas que le dieron origen: colorado, blanco, rosillo, roano, roano colorado, roano amarillo y manchado. En el patrón racial se han incluido también datos de producción como prolificidad en las hembras y buena ganancia de peso en los terneros, condiciones que la Asociación respectiva registra antes de entregar animales para la venta o la inclusión en los propios planteles.
Vaca y ternero Luing
La introducción de esta raza en la Patagonia permitiría ampliar, mejorar y hacer más económica la explotación bovina de esta zona que, en los próximos años y mediante métodos inteligentes, podría abastecer de carnes no sólo al centro mismo de la región sino a la extensa franja montañosa que va de Neuquén a Tierra del Fuego.
La raza Luing suma a su capacidad para medrar y producir en lugares inhóspitos, sus probados hábitos grega-rios, cualidad sumamente aprovechable ya que favorece el trabajo de los toros durante las veranadas y facilita el agrupamiento de los animales para su descenso a los valles en otoño.
En cuanto a las cruzas, las Fleckvieh, Limousin, Hereford y Aberdeen Angus son las más apropiadas para nuestro país.