Bovino en Suiza
SUIZA
Suiza es famosa desde hace mucho tiempo por sus bovinos y ha suministrado reses de cría a muchos otros países. Una de las razones de esta provechosa exportación, aparte el valor productivo intrínseco de los animales, obedece a que éstos son sanos, resistentes y activos, pues de lo contrario no tolerarían las amplias variaciones estacionales y diurnas en las condiciones ambientales, y a que conservan la capacidad de desplazarse todos los días por llanos y montañas a distancias considerables en busca de alimento.
La superficie territorial de Suiza es de unos 41.300 km2, de los cuales 9.750 km2 son improductivos (montañas elevadas y abruptas, glaciares, lagos, etc.). Aparte de las regiones boscosas y de los extensos prados alpinos, alrededor del 11 por ciento de la superficie total es de tierras labrantías, y de esta proporción el 12 por ciento se siembra con especies forrajeras y pratenses. Aproximadamente el 43 por ciento del país es aprovechable para el pastoreo.
Suiza puede dividirse en tres zonas principales a saber: (I) la región Jurásica en el noroeste, con cadenas montañosas que llegan a altitudes de 1.200 a 1.600 metros y atravesada por muchos valles; (II) la meseta ondulada que se extiende desde el lago Constanza, en el norte, hasta el lago Ginebra en el sudoeste, y que se halla a una altitud de 200 a 600 metros; y (III) las regiones alpinas en las zonas sudcentral, meridional y oriental que representan el 58 por ciento de la superficie del país. La altitud de los pre-Alpes en el nordeste no excede de 2.500 metros y en esta zona se encuentran excelentes pastos. En los Alpes berneses al norte del Ródano el pico del Finsteraarhorn se yergue a 4.275 metros y la Jungfrau a 4.165 metros.
El mayor glaciar de Europa, el Aletsch Gletscher, que cubre 130 km2, se encuentra a esta misma altura. En la frontera con Italia, el Monte Rosa alcanza una altura de 4.640 metros, mientras que el Matterhorn llega a los 4.500 metros. La precipitación anual guarda una estrecha relación con la altitud y con la dirección de las laderas de los valles. La pluviometría es de 700 a 900 milímetros en la meseta central, 900 a 1.500 milímetros en la zona Jurásica y 1.500 a 3.000 milímetros en las vertientes alpinas. El límite de las nieves varía según la localidad entre 2.400 y 3.100 metros de altitud. En las zonas alpinas, la temperatura invernal desciende a 100C y en las laderas meridionales a 2°C, pero esta temperatura es de O a 2°C en la meseta central.
En el mes de julio la temperatura media es de 18°C en la meseta central, pero sólo de 100C a altitudes de 1.500 a 2.000 metros. Las principales zonas ganaderas se hallan en los Alpes, pre-Alpes y Jura. Las colinas verdes del norte de los principales macizos montañosos proporcionan buenos pastos y están bien provistas de carreteras, dos factores que favorecen la producción de leche y la industria afín del queso (Emmenthal y Gruyere). En la meseta, entre los macizos montañosos, la agricultura está bien desarrollada y la producción lechera va ganando importancia. Más del 82 por ciento de las fincas suizas tienen menos de 20 hectáreas.
Los suelos y las condiciones climáticas son favorables a la explotación pastoral; el gobierno y las asociaciones de criadores se ocupan con toda actividad de mantener el grado de excelencia de estas razas, e incluso los pequeños ganaderos persiguen activamente la producción de animales con elevado rendimiento.
Suiza es famosa desde hace mucho tiempo por sus bovinos y ha suministrado reses de cría a muchos otros países. Una de las razones de esta provechosa exportación, aparte el valor productivo intrínseco de los animales, obedece a que éstos son sanos, resistentes y activos, pues de lo contrario no tolerarían las amplias variaciones estacionales y diurnas en las condiciones ambientales, y a que conservan la capacidad de desplazarse todos los días por llanos y montañas a distancias considerables en busca de alimento.
La superficie territorial de Suiza es de unos 41.300 km2, de los cuales 9.750 km2 son improductivos (montañas elevadas y abruptas, glaciares, lagos, etc.). Aparte de las regiones boscosas y de los extensos prados alpinos, alrededor del 11 por ciento de la superficie total es de tierras labrantías, y de esta proporción el 12 por ciento se siembra con especies forrajeras y pratenses. Aproximadamente el 43 por ciento del país es aprovechable para el pastoreo.
Suiza puede dividirse en tres zonas principales a saber: (I) la región Jurásica en el noroeste, con cadenas montañosas que llegan a altitudes de 1.200 a 1.600 metros y atravesada por muchos valles; (II) la meseta ondulada que se extiende desde el lago Constanza, en el norte, hasta el lago Ginebra en el sudoeste, y que se halla a una altitud de 200 a 600 metros; y (III) las regiones alpinas en las zonas sudcentral, meridional y oriental que representan el 58 por ciento de la superficie del país. La altitud de los pre-Alpes en el nordeste no excede de 2.500 metros y en esta zona se encuentran excelentes pastos. En los Alpes berneses al norte del Ródano el pico del Finsteraarhorn se yergue a 4.275 metros y la Jungfrau a 4.165 metros.
El mayor glaciar de Europa, el Aletsch Gletscher, que cubre 130 km2, se encuentra a esta misma altura. En la frontera con Italia, el Monte Rosa alcanza una altura de 4.640 metros, mientras que el Matterhorn llega a los 4.500 metros. La precipitación anual guarda una estrecha relación con la altitud y con la dirección de las laderas de los valles. La pluviometría es de 700 a 900 milímetros en la meseta central, 900 a 1.500 milímetros en la zona Jurásica y 1.500 a 3.000 milímetros en las vertientes alpinas. El límite de las nieves varía según la localidad entre 2.400 y 3.100 metros de altitud. En las zonas alpinas, la temperatura invernal desciende a 100C y en las laderas meridionales a 2°C, pero esta temperatura es de O a 2°C en la meseta central.
En el mes de julio la temperatura media es de 18°C en la meseta central, pero sólo de 100C a altitudes de 1.500 a 2.000 metros. Las principales zonas ganaderas se hallan en los Alpes, pre-Alpes y Jura. Las colinas verdes del norte de los principales macizos montañosos proporcionan buenos pastos y están bien provistas de carreteras, dos factores que favorecen la producción de leche y la industria afín del queso (Emmenthal y Gruyere). En la meseta, entre los macizos montañosos, la agricultura está bien desarrollada y la producción lechera va ganando importancia. Más del 82 por ciento de las fincas suizas tienen menos de 20 hectáreas.
Los suelos y las condiciones climáticas son favorables a la explotación pastoral; el gobierno y las asociaciones de criadores se ocupan con toda actividad de mantener el grado de excelencia de estas razas, e incluso los pequeños ganaderos persiguen activamente la producción de animales con elevado rendimiento.